jueves, 21 de febrero de 2008

La Nefasta Conservación y Gestión del Lobo Ibérico en la Montaña Oriental Leonesa



Por ASCEL (Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico), GEDEMOL (Grupo para la Defensa y Estudio de la Montaña Oriental Leonesa), la Plataforma de Defensa de la Cordillera Cantábrica, Asociación URZ Defensa de la Naturaleza, FAPAS (Fondo para la Protección de los Animales Salvajes) y Ecologistas en Acción

Desde la administración regional de Castilla y León se está impulsando una política ambiental que orbita en torno a la caza y la pesca como herramienta prioritaria de gestión del territorio. Además, se ha declarado públicamente que la caza es un recurso que no está explotado al máximo y se debe explotar aún más.

Por si no fuera suficiente, también se produce la firma de diversos convenios para la promoción de los recursos y prácticas cinegético-piscícolas, que suponen un desembolso de las arcas públicas de 10 millones de euros, y se disfrazan bajo compromisos de desarrollo rural. Todos estos hechos en pro de la actividad cinegética resultan más que patentes en terrenos de titularidad pública, gestionadas directamente por la administración, como son las Reservas Regionales de Caza.

La gestión de las poblaciones de lobo ibérico (Canis lupus signatus) en los Espacios Naturales Protegidos de la Cordillera Cantábrica es un ejemplo más de una política en la cual la única herramienta de gestión es la caza, especialmente en Castilla y León.

En el último y más completo trabajo sobre el diagnóstico de las poblaciones de lobo en Castilla y León, encargado y realizado para la Junta de Castilla y León (Llaneza y Blanco 2001), constata la presencia, más o menos estable, de unos 10 grupos de lobos (7 grupos seguros y 3 probables) en el Parque Regional de los Picos de Europa y su zona de influencia (más de 1.500 km2). Además, se señala que una de las cuestiones básicas que amenazan estas poblaciones es “el severo control que se realiza sobre el lobo en las Reservas Regionales de Caza de León, fundamentalmente en Mampodre y Riaño, que además forman parte del Parque Regional de los Picos de Europa”

No existen en las Reservas Regionales de Caza leonesas (en adelante, RR.CC.), criterios objetivos enmarcados en planes de caza para el lobo que establezcan cupos determinados sobre el número de individuos que se pueden abatir cada año. Tampoco un seguimiento sobre el cumplimiento de esos cupos. Pagando ciertas cantidades de dinero, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de Castilla y León, permite que un cazador que tenga permiso de caza para otra especie dentro de las Reservas pueda abonar una cuota complementaria que le permite disparar al lobo. Además se puede disponer de permiso específico para la caza de la especie. En definitiva, no existe una gestión transparente y clara. Incluso puede darse la circunstancia de que en un solo día se abatan la mayoría de los lobos de un mismo grupo familiar durante el transcurso de un gancho de jabalí, lo cual es una absoluta sinrazón. Disponemos de información de hasta 6 individuos muertos. En cualquier caso no hay un cupo que limite esa posibilidad. Por otra parte, los celadores de las Reservas de caza de León tienen libertad para disparar al lobo sin límite de ejemplares y sin necesidad de ningún tipo de justificación.
Sin embargo, las estadísticas no avalan la necesidad de un control tan severo. Los pagos efectuados en la actualidad por daños de lobo son muy inferiores a los correspondientes a 1986 y 1987, como se aprecia en algunas Tablas del informe anteriormente citado. Podemos observar como en las tres reservas cantábricas leonesas (Ancares, Mampodre y Riaño), el coste anual de los daños no alcanza los 6.000 €, una cifra que no justifica un control tan riguroso”.

El valor social que estas RR.CC de montaña tienen para el público urbano, que las utiliza cada vez más como lugares de ocio desligado por completo de la caza y que valora los componentes recreativos, ecológicos, estéticos y éticos de la naturaleza, está muy por encima de los aspectos utilitarios y cinegéticos. El que las RR.CC del norte de León mantengan intacta la comunidad de grandes carnívoros –osos y lobos- junto con la de grandes ungulados, les confiere un valor ecológico y científico que pocos lugares de Europa occidental alcanzan”.

En la estructura y funcionamiento del medio natural, la presencia o ausencia de las denominadas especies clave, como los grandes depredadores puede generar cambios notables en la diversidad e incluso, en el buen funcionamiento de los ecosistemas. Si somos capaces de mantener poblaciones saludables de depredadores como el lobo, podremos mejorar, en términos ecológicos, el conjunto de elementos naturales que con él coexisten. En nuestro país estas funciones apenas son valoradas y aceptadas, y con regularidad se está orientando su gestión a parámetros sociales, como los daños a la ganadería o la conflictividad generada.

La eleva persecución hacia el lobo efectuada bajo la supervisión de la Dirección Técnica de las RR.CC de León adolece de criterios de gestión armónicos con la conservación de la biodiversidad, no considera la elevada densidad de ungulados silvestres y domésticos, ni la capacidad de carga del medio, e incluso podría estar relacionada con toda una serie de efectos colaterales que no están siendo tenidos en cuenta en lo que atañe a una gestión ambiental rigurosa y conservacionista de dichos espacios. Algunos de estos efectos colaterales podrían vislumbrarse en el declive del urogallo cantábrico (Tetrao urogallo cantabricus), producido por la acumulación de diversos y complejos factores, entre ellos la sobrepoblación de competidores por los recursos tróficos, tales como cérvidos, jabalíes (Sus scrofa) y la cabaña ganadera. La afección y persistencia de la sarna en la población de rebeco cantábrico (Rupicapra pyrenaica parva) podría ser objeto de investigación al respecto.

En la Montaña de Riaño, la cabaña ganadera ha aumentado significativamente (1) pasando de 40 U.G./km2 (Unidades de Ganado por km2) a 60 U.G./ km2 durante el período 1989-1994. Esta zona también alberga una importante población de ungulados silvestres (2).

Las RR.CC. leonesas son terrenos de titularidad administrativa y figuran en la Red Natura 2000. Como hemos visto, la persecución hacia el lobo está injustificada dado el escaso volumen de daños que se maneja, obviándose el papel beneficioso del depredador en la limitación del número de ungulados silvestres que tantos perjuicios causan a las arcas públicas de la Junta en forma de daños agroganaderos, accidentes de tráfico, etc.

Desde ASCEL, GEDEMOL, la Plataforma de la Cordillera Cantábrica, URZ, FAPAS y Ecologistas en Acción, consideramos que las medidas de gestión promovidas por la Dirección de estas RR.CC contravienen las leyes de creación de estos espacios naturales, incluidos en la Red Natura 2000 (Directiva 1992/43/CEE y Directiva 79/409/CEE) y la REN de Castilla y León (Ley 8/1991), donde la caza debe quedar subordinada a la conservación de las especies que en ella habitan.

Según el Decreto 9/1994, de 20 de Enero, por el que se aprueba el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Parque Regional de los Picos de Europa, en su artículo 43, dice que en el desarrollo de la caza deberá tenerse en cuenta siempre la necesaria subordinación de esta actividad a la protección y conservación de la fauna silvestre. Además, deberían prevalecer los usos no cinegéticos dado el papel ecológico que el lobo desempeña en dichos lugares, máxime si se quiere revalorarizar la figura del cánido (Artículos 24, 25 y 26 del plan de conservación y gestión del Lobo propuesto por la propia administración regional).

A todo esto hay que añadir la escasa transparencia en la gestión del lobo en el único parque nacional de España con presencia de este depredador, Picos de Europa, cuya mayor superficie corresponde a la provincia de León, donde se supone que debe primar la conservación, pero donde la realidad dista mucho de una gestión racional y acorde con los tiempos en los que vivimos. El 27 de mayo de 2004, varios funcionarios del parque nacional, incluido uno de los expertos-asesores del MMA en la Estrategia de Conservación del Lobo, mataron a golpes 7 cachorros de lobo en las inmediaciones de su cubil. El pasado 29 de mayo de 2007 fue abatida en el transcurso de batidas autorizadas una loba preñada de cinco lobeznos en la vertiente asturiana del parque (Cabrales). Todos estos hechos han sido denunciados por asociaciones conservacionistas por la vía penal.

La utilización de la caza como herramienta básica de gestión ambiental es una simplificación temeraria de un asunto complejo que afecta al funcionamiento de los ecosistemas, y por tanto al espacio vital de todos los ciudadanos. El incremento de la demanda de actividades de ocio y tiempo libre en la naturaleza, permite plantearse una vía clara de desarrollo de un sector de servicios ajeno a una actividad minoritaria como la caza (y muchas veces excluyente frente a otros usos, como los turísticos, etc.).

Los aspectos relacionados con la conservación efectiva de nuestros ecosistemas y las especies que albergan quedan relegadas a la cola de las prioridades por la Junta de Castilla y León, a pesar de que la presencia de nuestro patrimonio natural es muy relevante para la mayoría de la población, que no practica la caza y demanda otros usos, ya que el turismo de la naturaleza aporta diferentes percepciones estéticas, emotivas y también económicas. El plan de gestión que pretende aprobar la Junta de Castilla y León para incrementar la caza de lobos es un claro ejemplo de cuales son sus prioridades.

Según los datos de la XVIII Conferencia Anual sobre el Lobo en Norteamérica, el lobo genera un volumen total de ingresos estimado en unos 70 millones de dólares. Más de 4.000.000 personas al año acuden a dos parques nacionales con el fin avistar al cánido salvaje. En España, decenas de miles de turistas acuden a espacios naturales emblemáticos, como las RR.CC, atraídos por la presencia de grandes depredadores y otras especies faunísticas.

Un actividad deportiva como la caza debería estar basada en fundamentos sólidos, no sólo económicos, sino también éticos, sociales y científicos. Desde las ONGs firmantes nos parece oportuno exigir que con los impuestos de la ciudadanía nuestro medio natural tenga otro tipo de gestión y una diversidad de usos que actualmente carece.

martes, 19 de febrero de 2008

Sarna sarcóptica



Colaboración de José María Fernández
Octubre de 2007


Se trata de una parasitosis grave producida por un ácaro que afecta a muchos órdenes de mamíferos, entre los que figuran ungulados, carnívoros, lagomorfos, roedores y primates. Cursa fundamentalmente con lesiones cutáneas, y puede causar la muerte de manera directa o bien como consecuencia de infecciones secundarias facilitadas por el estado de debilitamiento. El impacto sobre las poblaciones silvestres de mamíferos es variable, pero en ocasiones la enfermedad puede adquirir proporciones epizoóticas, especialmente en situaciones de alta densidad de ungulados y en ejemplares que previamente no han estado expuestos, originando mortalidades próximas al 90 %. No obstante, a largo plazo estas epizootias no suelen condicionar de forma notable la dinámica demográfica cuando se trata de poblaciones saludables y autosuficientes, aunque en el caso de núcleos fragmentados o amenazados la trascendencia puede ser mucho mayor, y se pueden observar desequilibrios demográficos duraderos, en la estructura de edades, la razón de sexos y la densidad de esa población. Superada primera oleada, el proceso suele volverse endémico, manifestándose episodios cíclicos pero con una mortalidad marcadamente inferior (15-20 %) a la inicial.

En España, los brotes más estudiados han afectado a poblaciones de cabra montés (a partir de 1988 en Cazorla, 1992 en sierra Nevada), arrui (1991 en Murcia), rebeco (1993 en Asturias) y muflón (2005 en Valencia), pero también se diagnostica sarna sarcóptica con relativa frecuencia en cánidos (lobo y sobre todo zorro). Aparentemente, ciervos y corzos son menos receptivos, aunque recientemente se han diagnosticado casos en Asturias).


Etiología

El agente etiológico de la sarna sarcóptica es el ácaro microscópico Sarcoptes scabiei, que vive en la epidermis perforando galerías en las que las hembras adultas depositan huevos. El crecimiento de la fase larvaria y de los estados ninfales hasta alcanzar la fase adulta puede durar 2-3 semanas.


Epizootiología

La transmisión del parásito se produce por contacto directo entre individuos, o indirectamente a través del uso de superficies comunes (madrigueras, zonas de rascado y descanso, etc.). Aunque el contagio entre especies distintas es posible, las variantes del parásito se encuentran mejor adaptadas a un determinado hospedador, de forma que las infestaciones cruzadas suelen de poca intensidad o duración. Los animales inmunodeprimidos ante situaciones de estrés, hacinamiento o desnutrición son más susceptibles de padecer la enfermedad. En la mayoría de los brotes producidos en ungulados silvestres en España, se sospecha que la fuente original se encontraba en rebaños de ganado caprino parasitados, que utilizaban pastos de montaña en los que podían coincidir con cabras monteses o rebecos. En general, favorecen la extensión de la epizootia las altas densidades de ungulados, ya que se incrementa la probabilidad de contagio, y la ausencia de control de esta enfermedad en el ganado doméstico que comparte sus hábitats. La evolución en el tiempo de los brotes suele caracterizarse por ciclos que se repiten con intervalos variables. Se ha sugerido que estos ciclos podrían estar relacionados con la aparición por mutación de variantes del ácaro capaces de segregar enzimas proteolíticas que faciliten la digestión de los tejidos epidérmicos de los hospedadores. También parece haber una incidencia estacional, con mayor cantidad de casos en invierno. S. scabiei produce mayor cantidad de huevos en otoño, y entre finales de invierno y comienzos de primavera los animales exhiben la peor condición corporal del ciclo anual.


Patogenia y sintomatología

Los ácaros colonizan la epidermis, y después de la inflamación inicial, alrededor de las zonas afectadas se produce hiperqueratosis, resultante de la reacción de hipersensibilidad. En ejemplares inmunocompetentes, esta reacción puede favorecer la progresiva reducción del número de ácaros. Se forma una capa costrosa, grisácea y alopécica de varios centímetros de grosor. La mayor frecuencia de lesiones se observa en cabeza y cuello, base de la cola y extremidades, pero en los casos más graves o avanzados la depilación puede afectar a todo el dorso. El rascado del animal, que intenta aliviar el prurito, puede provocar heridas purulentas y ulceraciones que sirven de puerta de entrada para patógenos secundarios, bacterianos y fúngicos. Las infestaciones severas suelen cursar con caquexia, porque las lesiones y el debilitamiento provocan dificultades en la captura y aprehensión del alimento. Por el contrario, infestaciones leves pueden ser casi imperceptibles.


Diagnóstico

Además de la observación del cuadro clínico, la presencia del ácaro es detectable por inspección de raspados cutáneos al microscopio óptico. Las lesiones dérmicas se pueden apreciar en cortes anatomopatológicos, y también se dispone de técnicas serológicas.


Profilaxis y control

En núcleos zoológicos con animales cautivos, evidentemente la mejor prevención pasa por evitar la introducción de ejemplares portadores. En condiciones de cautividad, los efectos de un brote pueden ser minimizados suplementando la alimentación y administrando antiparasitarios (ivermectina). Sin embargo, en el medio natural y con poblaciones libres ninguna alternativa de manejo o tratamiento se ha mostrado suficientemente efectiva, en parte por la evidente dificultad de abarcar a todo el conjunto de una población, única posibilidad de evitar las reinfestaciones a partir de portadores no tratados. Como en otras casuísticas sanitarias en fauna silvestre, la reducción artificial de la densidad de población pocas veces se ha mostrado efectiva; desde el punto de vista preventivo, los expertos hacen hincapié en el control antisárnico del ganado domestico que comparte hábitats con los ungulados salvajes.


Salud pública

Aunque puede ser considerada una zoonosis, la sarna sarcóptica de origen animal pocas veces se transmite al hombre, y cuando lo hace la infestación muestra sintomatología leve y desaparece en poco tiempo.


Epizootia de sarna sarcóptica en el rebeco cantábrico

El brote de sarna se detectó por primera vez en el concejo asturiano de Aller, en mayo de 1993. Al año siguiente se verificó un segundo foco en Piloña, a 21 km del anterior. Hacia 1998, ambos focos se habían unido afectando a unos 355 km2, y para 2002 se comprobaban animales enfermos dentro del Parque Nacional de Picos de Europa, desde donde se habría extendido paulatinamente hacia el este, ocupando en 2005 más de una cuarta parte de superficie del Parque.

La velocidad de avance medio en la Cordillera Cantábrica asturiana habría variado entre 0,7 y 7,6 km/año, en función de las barreras orográficas existentes para las subpoblaciones de rebeco. Probablemente este desplazamiento esté relacionado con los movimientos de los machos durante el celo, y con las trashumancias de las hembras con crías entre pastos de verano e invierno.

De acuerdo con los recuentos disponibles y publicados para las reservas regionales de caza asturianas (Aller, Caso, Piloña y Ponga, abarcando unas 80.000 ha), el número de rebecos enfermos detectados (observados, encontrados muertos y abatidos) habría ido creciendo hasta 1997, año a partir del cual se produce un descenso paulatino hasta registrarse el mínimo en 2004. En conjunto y de acuerdo con los censos efectuados, la población asturiana experimentó una reducción de efectivos de alrededor del 65 % entre 1993 y 2001, con una recuperación posterior que la habría llevado a situarse en el entorno de los 3.100 ejemplares en 2005, lo que supone aproximadamente la mitad de los efectivos de 1995.

La evolución de cada subpoblación ha seguido un patrón aproximadamente semejante: estabilidad o incremento hasta la llegada de la enfermedad y decrecimiento continuado durante 4-6 años, con recuperación suave en el periodo posterior. En términos generales, la densidad media en las reservas asturianas pasó de 12,3 a 4,4 rebecos/100 ha. Los investigadores asturianos no han encontrado evidencias de relación entre la densidad inicial de cada subpoblación y la magnitud de la reducción, quizá porque la transmisibilidad del ácaro está relacionada con el grado de interacción social entre los individuos y esta es una especie bastante gregaria.

Aparentemente, la razón de sexos se ha ido desplazando hacia las hembras, desde 1,4 hembras por cada macho en 1991 hasta 4,0 en 2001, como consecuencia de una mayor incidencia de la sarna sobre los machos adultos. En las reservas asturianas, la caza deportiva se redujo sustancialmente hasta terminar eliminándose, y únicamente se disparaba a los animales fuertemente afectados.

En cuanto a León, la información es más escasa y se encuentra dispersa. En 1994 se detectaron los primeros 5 casos en la Reserva Regional de Mampodre, aumentando el número en los años siguientes (6 en 1995, 49 en 1996), hasta el año 1999 en que se apreció una realentización en el número de casos detectados. Pero desde 2003 se comunica un rebrote, con 5.600 ha afectadas en 2005. En 1999 se avistaron por primera vez rebecos enfermos en la Reserva Regional de Riaño y en 2004 se detectaron las primeras cabras montesas con sarna en el contingente reintroducido; los celadores de la Reserva habrían abatido 33 ejemplares entre ese año y 2005. Se estimaba una población de unos 4.000 rebecos en 2003 que se habría reducido a la mitad en 2006, según los técnicos de la Junta de Castilla y León. Se han abatido 394 rebecos en Riaño (1999-2005) y 359 en Mampodre (1994-2005), con un sustancial incremento en los años 2004 y 2005.

Como se ha visto, las estrategias de manejo adoptadas por los gestores de Asturias y de Castilla y León, centradas en la extracción intensa de ejemplares, contrastan con la opción adoptada por el Parque Nacional de Picos de Europa, consistente en la eliminación sólo de aquellos rebecos gravemente infestados y observados en zonas de tránsito de ganado o personas. De acuerdo con las previsiones de algunos expertos, los resultados de la retirada masiva de ejemplares podrían ser similares a los de permitir una evolución más libre de la epizootia.


Bibliografía adicional

Díez, N. & Hidalgo, M. R. 1997. Patología parasitaria en rumiantes silvestres. En Curso de Biología y Patología de Animales Silvestres. AVAFES. León.

Díez, N. & Hidalgo, M. R. 2006. Análisis del estado parasitario de rumiantes silvestres en el norte de Castilla y León. Inédito.

Fernández de Luco, D. & Gortázar, C. 1997. Patología de fauna silvestre. Breve revisión. En Curso de Biología y Patología de Animales Silvestres. AVAFES. León.

Fernández, R. & Moraleja, H. A. 1997. Plan de gestión del rebeco en la zona leonesa de los Picos de Europa. En Veterinaria y Fauna Salvaje, pp. 131-158. Colegio Oficial de Veterinarios de Zamora. Zamora.

González, M.; León, L. & Cubero, M. J. 2004. Population effects of sarcoptic mange in Barbary Sheep (Ammotragus lervia) from Sierra Espuña Regional Park, Spain. Journal of Wildlife Diseases, 40: 456-465.

González, P.; Silva, P. & Solano, S. 2002. Demographic patterns during an epizootic of sarcoptic mange in a Cantabrian chamois (Rupicapra pyrenaica parva) population. Pirineos, 157: 191-200.

González, P.; Silva, P. & Solano, S. 2002. Population evolution of Cantabrian chamois (Rupicapara pyrenaica parva) with sarcoptic mange (Sarcoptes scabiei) in Centre-eastern Asturias (Northwest Spain). Pirineos, 157: 201-209.

Guberti, V.; Zmboni, L. & Corrain, R. 2003. Interventi di controllo numerico delle popolazione recettive e dinamica delle infezioni. J. Mt. Ecol., 7: 75-84.

Lavín, S. & Marco, I. 1993. Ecopatología: principales enfermedades infectocontagiosas y parasitarias. En Estudio de la fauna salvaje y su control veterinario en Castilla y León. Zamora.

Oleaga, Á.: Balseiro, A. & Gortázar, C. 2007. Sarcoptic mange in two roe deer from Northern Spain. European Journal of Wildlife Research, 53.

Pence, D. B. & Ueckermann, E. 2002. Sarcoptic mange in wildlife. Review Sci. Tech. Off. Int. Epiz., 21: 395-398.

Romero, M. 2006. Diario de León. 2-IV-2006.

Romero, M. 2007. Diario de León. 12-X-2007.

Rossi, L.; Fraquelli, C.; Vesco, U.; Permunian, R.; Sommavilla, G. M.; Carmignola, G.; Da Pozzo, R. & Meneguz, P. G. 2007. Descriptive epidemiology of a scabies epidemic in chamois in the Dolomite Alps, Italy. European Journal of Wildlife Research, 53: 131-141.


Agradecimientos

Álvaro Oleaga me suministró referencias bibliográficas de interés.

lunes, 18 de febrero de 2008

Parque Regional de Picos de Europa, un espacio natural alegal



Sobre la Normativa que regula el uso y disfrute del Parque

El Parque Regional de Picos de Europa fue declarado mediante la Ley 12/1994, de 18 de Julio, que entró en vigor el 28 de Julio de ese mismo año, tras su publicación en el boletín oficial de la comunidad. Previamente se aprobó el Plan de Ordenación de recursos naturales de dicho espacio natural a través del Decreto 9/1994.
El Parque Regional de Picos de Europa se extiende por una superficie de 125.017ha, abarcando gran parte de la montaña oriental leonesa. Este espacio natural cuenta con 70 núcleos de población, adscritos a un total de doce ayuntamientos, Riaño, Puebla de Lillo, Cremenes, Maraña, Burón, Boca de Huergano, Acebedo, Prioro, Reyero, Oseja de Sajambre, Posada de Valdeón y Boñar, con una población total de unos 4.816 habitantes.
Esta área natural, linda a su vez con otros seis espacios protegidos, El Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente del Cobre por el este, el área LIC de Liebana por el noreste y el Parque Nacional de Picos de Europa, el LIC de Ponga-Amieva y el Parque Natural de Redes por el norte y al oeste con el LIC de la Montaña Central de León.
El Parque Regional de Picos de Europa, contiene en el interior de su superficie de forma total, parcial o puntual las siguientes figuras de protección:
-Espacio Red Natura 2000.
-Zona de Especial Protección de Aves ( ZEPA).
-Lugar de Interés Comunitario.
-Espacio afectado por el Plan de Recuperación del Oso Pardo en Castilla y León.
-Área importante para las Aves, IBA 019, Riaño.
-Este lugar incluye la totalidad de la Reserva Regional de Caza de Riaño y el 65 %de la Reserva Regional de Caza de Mampodre.
-Contiene las Zonas Húmedas Catalogadas del Lago de Isoba, Lago del Ausente y Lagunas de los Hoyos de Vargas.
-Se superpone parcialmente con el Parque Nacional de los Picos de Europa.
El Real Decreto 1997/1995 del 7 de Diciembre transpuso al ordenamiento jurídico español la Directiva europea 92/43/CEE de conservación de hábitats naturales y de la Fauna y Flora Silvestre, estableciéndose la necesidad de que los distintos estados miembros propusiesen áreas o espacios naturales que por sus valores naturales mereciesen pasar a formar parte de una red de espacios protegidos europeos denominada Red Natura 2000.
A su vez, se propusieron una serie de especies animales y vegetales así como determinados hábitats naturales cuyo estado de conservación favorable era necesario asegurar, condicionandose el uso y disfrute de dichas áreas a la consecución de tales objetivos.
Plan Rector de Uso y Gestión
El primer incumplimiento normativo se llevo a cabo poco meses después de la declaración del Parque. La Junta Rectora aprobó el Plan Rector de Uso y Gestión correspondiente, pero la Junta de Castilla y León más de 12 años después sigue sin dar luz verde a dicho Plan, a pesar de que la disposición transitoria primera de la Ley de Declaración del Parque, establecía claramente que el Gobierno Autonómico debía aprobar en el plazo de un año el PRUG del Parque Regional Picos de Europa, que habrá sido elaborado con la participación de las entidades locales afectadas.
Como casi siempre los paganos de esta falta de diligencia han sido los habitantes de la zona, ya que como la Ley 8/1991 de Espacios Naturales de Castilla y León indica , el PRUG debe de ser el encargado de redactar las normas concretas para regular aquellas actividades tanto de carácter económico como de carácter recreativo que se desarrollen dentro del espacio, además de realizar la relación de ayudas técnicas y económicas destinadas de forma específica a compensar las limitaciones que se deriven de las medidas de protección y conservación.
De esta manera, todo el potencial dinamizador que podría haber acarreado la puesta en marcha del Parque quedó muy dañado y muy lejos de la exitosa gestión socioeconómica llevada a cabo en otros lugares como por ejemplo el Parque Natural de Somiedo.


Zonificación


El Titulo V de Plan de Ordenación de Recursos Naturales, establecía como es preceptivo y necesario, la zonificación del espacio natural. La zonificación es una técnica de planificación del territorio, que se emplea como método para resolver los conflictos que plantea el uso del espacio. En el caso concreto de las áreas naturales, se realiza para intentar compatibilizar la conservación de los recursos naturales, con el uso y disfrute público y con los usos y aprovechamientos que se llevan a cabo y por tanto vital para su correcta gestión.
A tal efecto se establecieron zonas de reserva, uso limitado, uso compatible y uso general cada una de ellas con una normativa específica para adaptarse a los valores naturales que poseía.
La Asociación para el Estudio y Protección de la Naturaleza " Urz", presento un recurso ante el Tribuna Superior de Justicia de Castilla y León denunciando que la Zonificación no podía incluirse en el PORN como se había hecho y que había que hacerlo en el PRUG del Parque, con la esperanza de que este hecho reactivará la aprobación de dicho documento.
El Tribunal anuló dicho Titulo V, y dictó que debía incluirse en el nuevo PRUG, hoy en día 11 años después el Parque sigue sin zonificación, aquellas áreas de protección máxima como Pardomino, Pinar de Lillo u Hormas siguen absolutamente desprotegidas desde entonces por la desidia de la administración autonómica.
Es más, dado que no existe zonificación, no hay en donde aplicar la normativa específica del Parque Regional, la más severa y restrictiva, y en la actualidad todo un área Natura 2000 se gestiona únicamente con la vaga y poco precisa normativa general que se establece en el PORN, que además casi nunca se cumple.
De esta manera lo único que nos queda es un Parque Regional sin capacidad de gestión, y sin regulación, un "ente" que atrae subvenciones para ser utilizadas en otros campos que no tienen que ver nada con sus fines, haciendo que prevalezcan los usos del Parque a los objetivos que se establecieron tras su declaración.